Hugh Herr y sus colegas en el Centro para la Extrema Biónica del MIT quieren cambiar lo que significa ser discapacitados.
Como parte de un proyecto de cinco años de 100 millones de dólares, los investigadores están trabajando en prótesis avanzadas que funcionan como extremidades reales, un sistema nervioso sintético y más.
Una misión audaz
Algunos dicen que la experiencia es el mejor maestro, y para Hugh Herr, que definitivamente ha sido el caso. Su experiencia con la discapacidad y la consiguiente necesidad de prótesis le obligaron a desarrollar lo que podría ser el tipo de biónica más avanzado del mundo.
Ahora, el investigador y experto en biónica es el co-director del Centro para Bionics Extremos en el Massachusetts Institute of Technology (MIT)- un laboratorio de investigación único que comenzó con la idea de llevar las prótesis al siguiente nivel.
Desde su creación en 2014, el objetivo del centro ha sido tratar un amplio espectro de discapacidades a través del desarrollo de la biónica avanzada. Ahora, el centro está trabajando en un proyecto de cinco años de 100 millones de dólares que se centra en el tratamiento de la parálisis, la depresión, la amputación, la epilepsia y la enfermedad de Parkinson mediante el desarrollo de tecnologías biónicas.
Mundo sin discapacidad
Los proyectos que los investigadores están llevando a cabo no son nada menos que de vanguardia.
Aunque las prótesis de hoy son útiles y pueden proporcionar a los amputados una forma de recuperar las funciones motrices perdidas, Herr y sus colegas piensan que pueden mejorar estos dispositivos combinándolos con implantes neurales avanzados. Esto da a los nervios ya los músculos de una persona una manera de hablar con una prótesis, haciéndola más fácil para que el dispositivo sea controlado y funcione como una extremidad biológica.
Sin embargo, el equipo del MIT considera que los implantes neurales son útiles para muchas más prótesis. La tecnología también podría utilizarse para alterar las funciones cerebrales para tratar trastornos neurológicos o mentales.
Mientras tanto, un sistema nervioso digital (DNS) impulsado por la optogenética -una técnica que utiliza la luz para controlar las células- podría permitir a los investigadores tratar la parálisis y la enfermedad de Parkinson esencialmente reemplazando al sistema nervioso biológico.
Eventualmente, los investigadores piensan que muchos pueden diseñar las células y los tejidos para crecer los órganos que pueden reparar o substituir estructuras biológicas.
La Organización Mundial de la Salud estima que de 40 a 80 casos de parálisis por millón de personas , y que es sólo una de las condiciones que se centran en el Centro de Bionics Extreme.
Si los investigadores del centro son capaces de encontrar maneras de utilizar la tecnología para ayudar a todas esas personas, el sueño de Herr de un mundo en el que la discapacidad no es más puede sólo llegar a buen término.
Fuente: Futurism
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